domingo, 9 de febrero de 2014

Fiebre en las Gradas

Fiebre en las Gradas, posiblemente, sea una de las lecturas que más he disfrutado en los últimos años. Un libro en el que me he sentido reflejado en muchos pasajes. Un relato que todo futbolero debería leer en algún momento de su vida.


Nick Hornby cuenta, en primera persona, sus vivencias y experiencias, sus comentarios y sus reflexiones durante más de 20 años de fútbol, de partidos vividos desde las gradas de Highbury y otros estadios de Inglaterra y, sobre todo, la influencia que tiene este deporte en su propia vida, como un día bueno o malo de "su" Arsenal afecta a sus sentimientos y a su relación con los demás. Repasa la historia de los aficionados ingleses, las mejoras realizadas en los estadios y las consecuencias que tuvieron las catástrofes en los estadios de Heysel y Hillsborough. También, realiza una crítica social hacia los equipos de fútbol, la Federación inglesa y los derechos televisivos, relata como ha cambiado todo en un deporte en el que el aficionado ha pasado de ser uno de los protagonistas a un personaje secundario del que nadie se acuerda. Todo ello contado en poco más de 300 páginas divididas en cientos de partidos a los que Hornby hace referencia.

Decía en la introducción que me he sentido reflejado en muchos pasajes. Y así es. Soy un futbolero, me gusta mucho el fútbol y todo lo que tiene que ver con este deporte y, en muchas épocas de mi vida, aunque sin llegar a la obsesión, ha sido muy muy importante para mi. Soy aficionado al Real Madrid y, como Nick Hornby, era muy pequeño cuando visité por primera vez el Santiago Bernabéu con mi padre. Siempre recordaré aquel día con muchísimo cariño, por todo lo que significó para mi, todos los sentimientos que surgieron cuando vi por primera vez al Real Madrid ante mis ojos y porque fue mi padre quien despertó esta afición. Desde luego, no puedo compararme con Hornby ni con muchísimos aficionados al fútbol que han vivido temporadas enteras en los estadios, días de frío o de calor, días tristes y alegres; esas personas han vivido y viven el fútbol de manera mucho más intensa, viven los partidos como parte de una gran familia que se reune cada sábado o domingo en un estadio para una nueva experiencia. Pero, desde la distancia, he sufrido, he pasado tardes enteras escuchando la radio o viendo el partido en un bar rodeado de decenas de aficionados que se divierten y sufren igual.

El libro de Nick Hornby me ha hecho comprender que los aficionados al fútbol tenemos mucho en común, ya seamos seguidores de un equipo u otro, al final tenemos las mismas manías, contamos con ídolos en nuestros equipos y vivimos con pasión cada uno de los partidos, ya sea luchando por los títulos o luchando por no descender de categoría.

Hornby, además, hace una reflexión sobre los cambios que ha sufrido el mundo del fútbol en los últimos 35 años, cambios que afectan directamente a los aficionados. Como un deporte tan mayoritario se ha convertido en un "lujo" al que solo unos pocos pueden acceder y más con todos los problemas económicos que han surgido en los últimos años. El autor cuenta como, a principios de los años 70, una persona humilde residente en una población del extrarradio de Londres podía viajar hasta la ciudad y ver un partido de su equipo por un dinero razonable para su economía. Hoy en día eso es algo impensable, en gran parte, por los equipos de fútbol y los derechos televisivos que han hecho que el aficionado pierda protagonismo en el deporte. Y, en mi opinión, es algo muy importante, sino lo más importante. Sin aficionados no habría existido el fútbol nunca.

Como habréis podido comprobar, el libro me ha encantado, no sólo porque hable de fútbol, sino porque ha conseguido que disfrute de una lectura amena y entretenida en la que me he sentido identificado en gran parte de las páginas. Como decía al inicio de la reseña, obligada lectura para todos aquellos que se sienten aficionados al fútbol.

domingo, 2 de febrero de 2014

Ha Vuelto

Después del intento de lectura de cierto libro, que tuve que dejar porque no era capaz de leer algunas partes muy desagradables, me decidí por este libro de Timur Vermes y la verdad, me ha sorprendido mucho la originalidad de la historia y su buena calidad.


Año 2011, Adolf Hitler despierta en un descampado en el centro de Berlín. Desubicado, descubre una Alemania en paz, invadida por personas de todas partes del planeta y sin rastro de símbolos nazis. Y, lo que es más importante, descubre que han pasado más de sesenta y seis años desde su supuesta muerte en el bunker. ¿Cómo puede recuperar la figura que representaba entonces? Tras una serie de encontronazos, Hitler se convierte en el cómico de moda de la televisión alemana… imitándose a sí mismo. A partir de este momento, Hitler ve una oportunidad de recuperar la fama necesaria para acercarse al pueblo y retomar su carrera política.

Con este argumento, Ha vuelto nos plantea una situación muy original: ¿qué ocurriría, si uno de los personajes con más influencia en la historia mundial, despertara un día en nuestro tiempo? Y la respuesta es sencilla: la gente lo tomaría por loco o por un genio de la imitación. Y es, esto último, lo que nos relata Timur Vermes en este buen libro. Nos muestra un Hitler autoritario y egocéntrico, con una sobrada y desmedida confianza en sí mismo, pero desubicado en un mundo que ha cambiado demasiado.

He disfrutado mucho de la lectura, sobre todo, por muchos momentos hilarantes y divertidos, situaciones de nuestra vida actual en las que el protagonista se siente perdido o confuso, y que me han provocado más de una sonrisa (por ejemplo, cuando descubre algo llamado “interred”, donde busca información de sus antiguos camaradas...). Se trata de un libro que satiriza y, en algunos momentos, ridiculiza la figura de Adolf Hitler, nos muestra un personaje raro y extravagante que termina triunfando donde aparecen hoy en día todas las extravagancias: la televisión; pero que, con el paso de las páginas, consigue que el lector sienta algo de cariño hacia el personaje.

Además, Timur Vermes ha conseguido algo que, en mi opinión, es muy destacable y complicado: los discursos que Hitler ofrece en televisión, aunque denotan un tono cómico, transmiten la misma energía y el mismo temor que inducían en el pasado. Así me lo ha parecido, al fin y al cabo, el mensaje del Führer es el mismo que intentaba ofrecer sesenta y seis años antes.

Pero, también, me ha costado seguir el hilo de la narración en algunos momentos. El protagonista, Adolf Hitler, sostiene multitud de extensos monólogos consigo mismo en muchas partes del libro, analizando pasajes de su vida o comentando el estado de la sociedad actual en Alemania (opina que la actual presidenta alemana es una mujer rechoncha), y, en algunas ocasiones, se hacen demasiado lentos y con un vocabulario demasiado complicado. Además, hace muchas referencias hacia personajes y hechos históricos de la Alemania nazi, lo que provoca que se ralentice aún más la narración y la lectura se torne poco fluida.

En definitiva, pese a lo que he comentado, me ha parecido un muy buen libro, Timur Vermes ha conseguido un libro muy interesante en el que se entremezclan los momentos divertidos con la crítica social, a través de uno los personajes más importantes y polémicos de nuestra historia reciente. Desde luego, recomiendo mucho su lectura y, posiblemente, repetiré con este autor en futuras lecturas.